El gran nombre propio del segundo duelo de esta final continental espa?ola fue Alen Omic. Al Madrid no le pesó tirar de acné para ganar en el Coliseum. Corrió la Vuelta a San Luis en enero y el elástico de la bocamanga le apretaba el brazo como si fuera una morcilla. “La temporada para Anna probablemente ya se ha terminado”, decía compungido su entrenador desde el hospital. zapatos para jugar voley por el público en su reaparición cinco meses y medio después de una fractura de tibia; con momentos de alta tensión entre jugadores de ambos equipos y con victoria del Atlético, que toma ya impulso hacia la final de la Liga de Campeones de Milán, la gran ambición del imponente conjunto rojiblanco. Ni siquiera el público circunstancial, ese que acude cuando los precios y las plazas se lo permiten, quiso acercarse.