Para no estar en octavos el miércoles, tendría que perder ante el Maribor en Eslovenia y que, además, se produjese una victoria del Spartak de Moscú contra el Liverpool en Anfield. Una tarde con un maestro del kendo . Incluida aquella que, en los 90, estuvo a punto de derivar en su demolición. Así y todo, al 63 de mundo le cae una oportunidad del cielo para dar de comer a su amor propio, aunq. “Es uno de las ediciones de Wimbledon con más calor desde que yo vengo a jugar”, recordó Roberto Bau. En Wimbledon 2004 acabó con Andy Roddick, sufriendo más que en sus dos anteriores finales de Grand Slam (4-6, 7-5, 7-6 y 6-4). zapatos de volleyball Si es que hay algún beneficiado en toda esta polémica, ése puede encontrarse en Estados Unidos.